Hoy traigo un libro que para
mí ha sido muy esperado y al mismo tiempo una gran sorpresa, pues lo buscaba desde hace años pero ya me había dado por vencida. Una novela que huele a
infancia y que me ha hecho recordar esa época de mi vida con añoranza. Un clásico
de la literatura juvenil. Se trata del libro de Lucy Maud Montgomery…
Mi
propia sinopsis
Matthew y Marilla son dos
hermanos solteros que viven en Tejas Verdes en la Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, a principios
del siglo XX. Debido a que se van haciendo mayores deciden adoptar a un
muchacho huérfano que ayude a Matthew en las labores del campo y con los animales.
Marilla pide a una amiga, que a su vez se va a traer a una niña del orfanato,
que se encargue del chico. Matthew acude a recoger al huérfano en la estación de tren y su
sorpresa es mayúscula cuando al llegar se encuentra con una niñita pelirroja
esperándole. Se trata de Ana Shirley una jovencita muy habladora, soñadora y
romántica hasta límites insospechados a la que Matthew es incapaz de contarle
la verdad y que se ha cometido un terrible error. Por ello decide llevarla a
casa para que Marilla, mucho más segura de sí misma, arregle el desaguisado
pero cuando se quieren dar cuenta Ana ha conquistado su
corazón con su forma de ser, de manera que deciden quedarse con ella. Los hermanos jamás se arrepentirán
y lo que en un principio fue un error, se convertirá en el mayor acierto de su
vida.
Conoceremos así en
profundidad a la joven y cómo se desarrollará su vida en un entorno tan
idílico, quiénes serán sus amistades y enemigos, y las travesuras que su desbordante
imaginación le hará cometer y que se contarán por decenas.
Opinión
Ana esperando en la estación |
Soy la fan número uno de Ana
Shirley, cuando tenía 14 años me hice incondicional de la serie de TV, que
aprovecho para recomendar a todo el mundo, convirtiéndose en una de las series
de TV con las que más he disfrutado. Recuerdo que la ponían en Tele 5 y que mi
madre me la grababa puntualmente porque me coincidía con el colegio y luego en
cuanto tenía un hueco me sentaba a verla. Pero no a verla como vemos las series
hoy en día, sino como se ven cuando eres joven y estás llena de ilusión. Yo no
sólo veía la serie… la vivía, y soñaba con protagonizar la vida de Ana, con
conocer a su mejor amiga Diana Barry y al guapísimo Gilbert Blythe. Para que os
hagáis una idea de lo que me gusta y podáis daros cuenta un poco de lo que
sentí al enterarme de la publicación del libro, os confesaré que sigo actualmente
al actor que interpretó a Gilbert en Twitter y que tengo la serie grabada en
VHS y un aparato de vídeo viejo que a veces conecto para verla (por cierto, en
youtube también podéis verla).
Como ya supondréis a estas
alturas, el libro "Ana de Tejas Verdes" era para mí una apuesta segura, en realidad la
apuesta literaria más segura de mi vida. Llegados a este punto ya os puedo decir
que he disfrutado muchísimo de esta novela que me ha hecho sentir parte de
Tejas Verdes una vez más. Además, la edición de la novela es preciosa porque
está ilustrada y podemos ver fotos reales de lo que podría haber sido Tejas
Verdes y del entorno en el que se
desarrolla la historia.
ilustración de la edición de la editorial Toromítico |
Ana Shirley llega a Tejas
Verdes inundando de color y alegría todo
lo que hay su alrededor, no puede parar de hablar de toda la belleza que ven
sus ojos y más viniendo de un orfanato del que sólo ha salido para cuidar los
hijos de dos familias pobres y en el que, como ella misma dice, no tenía campo
para la imaginación.
Estamos ante un personaje
inolvidable del que el propio Mark Twain dijo: “Desde la inmortal Alicia, Ana
de las Tejas Verdes es la niña imaginaria más encantadora que se haya creado”,
algo en lo que coincido plenamente.
Gilbert llamando "zanahoria" a Ana |
En este libro seremos
testigos de la vida de la pequeña desde los 11 a los 16 años y de cómo Ana va
dejando de ser una niña para convertirse en una señorita con mucho futuro. Innumerables serán las travesuras que llevará a cabo y los
líos en los que se meterá debido a su imaginación y que arrancarán al lector
muchas sonrisas. Y memorable será también la escena en la escuela cuando
Gilbert le pegue un tirón a una de sus trenzas llamándola “zanahoria”, a lo que
Ana responderá rompiéndole la pizarra en la cabeza. Herida en su más profundo
orgullo Ana ignorará a Gilbert en casi todo el libro porque como ella explica,
cuando algo no le gusta puede imaginar otras cosas mejores pero su odiado pelo
rojo es imposible de cambiar ni con la ayuda de su imaginación.
Lucy Maud Montgomery nos
regala a través de esta historia una prosa cuidada y un lenguaje bello, evocador, poético y
romántico como pocos, la lengua vivaz de Ana, que descansa en pocas ocasiones,
hará disfrutar a los amantes de este estilo narrativo. Imagino que es lógico si se tiene en cuenta que la autora vivió en la misma época que Ana y casi en el mismo lugar. Me ha gustado mucho cómo
la escritora es capaz de hacer hablar a Ana sin aburrir en ningún momento al lector, creando monólogos inigualables y muy divertidos. Así, lo que en Tejas Verdes siempre ha sido la
laguna Barry se convertirá en "el lago de las aguas refulgentes", o la Avenida en “el
camino blanco de las delicias” Os copio a continuación un extracto de la
palabrería de Ana para que veáis a lo que me refiero.
- ¿Cómo se llama el geranio del alfeizar de la ventana?
- Es un geranio de olor a manzana
- Oh, no me refiero a esa clase de nombre, quiero decir el nombre que le ha puesto usted ¿no le ha puesto un nombre? ¿puedo ponérselo yo entonces? Puedo llamarle…veamos…Bonny estaría bien. ¿Puedo llamarle Bonny mientras esté aquí?¿Puedo?
- Por Dios, no me importa ¿Pero qué sentido tiene ponerle nombre a un geranio?
- Oh, me gustan las cosas que tienen nombres propios, aunque sean sólo geranios. Les hace parecer más como personas .¿Como sabe usted que no hiere los sentimientos de un geranio el que lo llamen geranio y nada más? A usted no le agradaría que le llamarán nada más que mujer todo el tiempo…
- En mi vida he visto u oído a nadie como ella-murmuró Marilla
¿No es genial? Además la
autora consigue meternos de lleno en Tejas Verdes, Avonlea, Charlottetown y un
sinfín de lugares de la Isla como si estuviéramos allí mismo, respirando el
aire freso de los prados, oliendo las flores, viendo el río pasar o caminando
por sus senderos.
Matthew y Marilla |
Ana y su alma gemela o espíritu afín, Diana |
Pero si Ana es el eje en
torno al que gira el libro no hay que olvidar a los demás personajes de la
historia igual de entrañables. Así conoceremos al tímido Matthew que adora a
Ana desde el minuto en el que la recoge en la estación de tren y que será el
encargado de mimarla, o a Marilla mucho más estricta con Ana pero porque tiene
el objetivo de convertirla en una muchacha de provecho acorde con la moral de
la época. Hay que destacar también a Diana Barry, el alma gemela de Ana que ve
como su vida aburrida cambia radicalmente al conocerla y explorar el lugar en el que ha
crecido con otros ojos. ¿Y qué decir de la señora Rachel Lynde? La cotilla
del pueblo que no ve con buenos ojos la llegada de Ana a casa de Marilla y
Matthew hasta que comprueba por si misma que están ante un ser especial.
Una ilustración de Gilbert en el libro |
Me ha encantado
reencontrarme con Ana. Y en realidad esto ha sido sólo un primer encuentro pues
la vida de Ana la componen un total de 8 libros, desde su infancia hasta la
edad madura. Además estoy deseando que se vayan publicando todos porque la
serie de TV que tanto me gustó sólo son 4 de los libros y me muero de ganas de
saber cómo evoluciona la vida de una de mis protagonistas favoritas y qué le
depara el futuro.
¡Hasta pronto Ana!
Si os gustan las novelas
románticas, no en lo referente a historias de amor sino en relación al estilo
narrativo, las historias de época y las mujeres que luchan por sus sueños, no os
podéis perder esta lectura.
Aprovecho para agradecer
enormemente a la editorial Toromítico del grupo Almuzara (os dejo enlace a su blog AQUÍ) el haberme enviado el libro
y hacerme tan feliz, pero les agradezco mucho más el haberlo publicado en una
edición tan bonita como sólo un personaje de la talla de Ana Shirley se merece.
Besos