Hola
a todos
Hoy
quiero hacer un inciso en los post y reseñas habituales para traeros algo que
quiero compartir con vosotros.
Una
de las ventajas de tener un blog es que cuando una bonita historia te
sorprende, tienes la posibilidad de compartirla con los demás a través de esta
ventanita al mundo.
En
esta ocasión además creo que os gustará y estoy contenta de poder traerla,
porque de otra manera me la tendría que haber quedado sólo para mi. Se trata de
la historia de Martín Roberto Murillo Gómez, el Quijote Caribeño, y cuando la
leáis entenderéis por qué. Una vez más nos encontramos con una persona a quien le apasiona la lectura hasta
el punto de convertirla en su modo de vida, pero no como escritor que sería lo
habitual, sino de una forma más original.
He
encontrado esta maravillosa historia en la edición digital del hoy del Diario “El
País”, de la mano del periodista Víctor Nuñez. Os la copio tal cual pero os
dejo el enlace AQUÍ por si queréis verla en el diario.
Espero
que os arranque una sonrisa como ha hecho conmigo.
Besos
“A la que se case conmigo ha de gustarle la lectura”
Martín Roberto
Murillo Gómez (Quibdó, 1968) confiesa que le hubiera encantado comer “un
sancocho de pescao, como en Cartagena de Indias (Colombia)”. No obstante, ataca
con gusto los trozos de langostino que tiene en el plato. Este promotor de
lectura y prestador de libros ha venido por primera vez a Madrid —“y a Europa,
hermano, y he pasado frío”— para contarle a los asistentes a la Feria del Libro
del Retiro que “elevar el espíritu y pasar un buen rato se logra con la lectura
de un libro”.
Hace 10 años,
Murillo vendía bolsas de agua helada en el centro de Cartagena. Había nacido en
la capital del departamento de Chocó, donde creció “viendo llover”, y luego se
fue con su madre y sus cinco hermanos a Medellín con la intención de estudiar.
Pero solo lo hizo hasta quinto de primaria. Le hubiera gustado ser médico o, sobre
todo, comentarista de la NBA.
Su situación
económica, sin embargo, se interpuso. En Cartagena lavó coches, cargó cajas,
vendió arepas y después, agua. Un día, un turista le regaló El hombre
duplicado, de José Saramago. Y a partir de entonces la lectura desplazó a los
clientes en sus prioridades. Lo notó de inmediato Jaime Abello, director de la Fundación Nuevo
Periodismo Iberoamericano, quien le compraba agua, y lo llevó
a su despacho para regalarle unos libros. Luego le dio más y, al darse cuenta
de que ya tenía demasiados, Murillo quiso compartirlos. “Sobre todo, quise ser
más útil a la sociedad. Y
se me ocurrió lo de La
Carreta Literaria: llenarla de libros y prestárselos a todos
los que quisieran leerlos, sin cobrarles nada”.
Se lo contó a
Raimundo Angulo, presidente del Concurso Nacional de Belleza de Colombia, que,
al verlo tan entusiasmado, no dudó en darle dinero para mandar a hacer una
carreta. Enseguida Murillo la llenó de libros y el 22 de mayo de 2007 la empujó
hasta el Parque Bolívar. La gente comenzó a acercarse y este Quijote caribeño
empezó a vivir la aventura cultural que se convertiría en su modo de vida.
Hoy, todos en
Cartagena saben que pueden llevarse prestado alguno de sus libros. “No les pido
ni una identificación. Confío en ellos. Y nadie me ha defraudado. Es verdad que
se han demorado, hasta un año o dos, pero siempre me los entregan”.
Su hazaña es tan
conocida y admirada que los políticos e intelectuales que pasan por Cartagena
no dudan en hacerse fotos con él. Ha conseguido el patrocinio de varias
empresas para pagarse la habitación de hotel donde vive desde hace 11 años,
acudir a varias ferias del libro en Iberoamérica, mantener su blog, Facebook y
Twitter e ir a los colegios para dar talleres de lectura a los niños. “Por eso
me han puesto en el Pabellón Infantil de la Feria del Retiro”, apostilla
durante el postre. Varios editores le están regalando libros —“¡a ver cómo me
llevo tantos!”—, pero no entiende por qué las casetas cierran a mediodía.
“Porque si dejaran abierto, la gente que trabaja podría escaparse a la hora de
la comida”. Antes, un gorro tejido le cubría la cabeza. Ahora lo ha
cambiado por sombrero, “más caribeño”. ¿Para ligar más? “Pues con esto de los
libros, tengo más éxito. Pero la que quiera casarse conmigo ha de gustarle la
lectura y la carreta. Si
no, que deje tranquilo al negro.
Me ha encantado la historia.
ResponderEliminarEs preciosa!
EliminarBesos!
¡¡Hola preciosa!!
ResponderEliminarNo conocía al Quijote caribeño y me ha parecido una historia muy bonita, al ver la carreta me he fijado que tiene bastantes patrocinadores, por lo menos su cariño por la lectura le ayuda a mantener su sueño y fomenta este bello habito.
Historia muy tierna la que nos regalas hoy.
Gracias.
Besos y buen fin de semana.
Cuando la he visto no he podido resistirme a traerla. Hay cosas que nunca dejarán de sorprenderme. Es verdad que gracias a los patrocinadores nuestro amigo ha conseguido subsistir gracias a su pasión. Deberían escribir un libro sobre él.
EliminarBesos!
Muy buena idea, seguro que seria un libro muy interesante, por lo menos a mi, me gusta mucho saber, como hay personas que no teniendo nada, consiguen superar con mucho optimismo las dificultades.
EliminarBesos.
Ahi...que emocionante....en dias como hoy en los que el trabajo el estres y las malas formas no te hacen ver la luz, historias como estas hacen que te reconcilies con el genero humano.
ResponderEliminarmil gracias por compartirla
besotes!
nata
natalialuzentupelo.blogspot.com.es
¿verdad? Me ha gustado mucho y es cierto que la vida esta llena de historias maravillosas, sólo hay que tener la suerte de encontrarse con ellas.
EliminarBesos!
¡Sí que le debe gustar la lectura, porque estrenarse con Saramago! Yo, de momento no lo he leído, pero es que he oído tantos comentarios sobre lo "denso", por decirlo finamente, que es...
ResponderEliminarMuy original la carreta.
Yo de él solo he leído "ensayo sobre la ceguera" y no me pareció denso para nada. Es más, lo disfruté muchísimo, una historia que pone los pelos de punta y da mucho que pensar. Anímate y si puedes léela, yo creo que te gustaría.
Eliminar¡¡Besos!!
Guau, la vida nos sigue sorprendiendo con estas historias.
ResponderEliminarMe ha encantado descubrirla, gracias
Besos
Me alegro de que te haya gustado!
EliminarBesos!
Preciosa historia! Gracias por compartirla, que no la conocía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Es curiosa y me gustó, la traje porque sabría que os gustaría también.
EliminarBesos!
qué historia tan bonita! me ha encantado, no la conocía así que gracias por compartir
ResponderEliminarbesos
La vi en el periódico, me la leí y no pude resistirme a compartirla.
EliminarBesos!
Es una historia bonita <3 gracias por compartirla. Te sigo :P
ResponderEliminarMuchas gracias Natt! Bienvenida!
EliminarBesos!
Qué bonita historia. Hace poco descubrí tu blog, me la he pasado muy bien leyéndote. Gracias por compartir esta nota :)
ResponderEliminarHola Abril! Muchas gracias, me alegro de que te guste.
EliminarBesos y bienvenida!
Hola Luz, me ha encantado la historia del Quijote caribeño. Admiro a todos aquellos que se preocupan por fomentar la lectura a todos los niveles. Y lo que más me sorprende, la fe que tiene en que le van a devolver los libros. Una magnífica labor digna de mención. Un besazo!
ResponderEliminarEs genial ver como alguien puede hacer de su pasión su forma de vida. Debería de ser así con todos los trabajos. ¿Te imaginas lo felices que seríamos?
EliminarBesos!
Como apasionada de los libros me encanta saber que hay gente que puede vivir de ellos de un modo tan original y generoso.
ResponderEliminarGracias por acercarnos esta historia tan bonita.
Besotes.
Lourdes.
http://lapeormadredelano.blogspot.com.es/
Hola! Totalmente de acuerdo. A las que nos gusta la lectura nos encantan estas historias
EliminarBesos!
No conocía la historia y eso que soy Colombiana, conozco de la existencia de varias iniciativas muy parecidas y esta es lo máximo. Gracias por compartir esta historia que nos anima a continuar alimentando la mente y el alma.
ResponderEliminarAla vi en un periódico y me resultó curiosa por eso decidi compartirla.
Eliminarbesos