¡Hola!
Hoy, acompañada de mis
mantitas, rodeada de decenas de klinex, y estornudando sin parar me dispongo a
escribir este post. Este dichoso constipado me acompaña ya casi una semana,
pero bueno, ¿qué se le va a hacer? y como no hay mal que por bien no venga,
como no he podido salir de casa en toda la tarde, pues aprovecho para dedicar
tiempo al blog.
En mi último post escribí un
relato para concienciar a todo el mundo de lo importante que es no tirar los
libros a la basura, y hoy lo que pretendo es enseñar diferentes alternativas a
este crimen que es deshacerse de los libros. Así que comenzamos:
La opción más fácil como
todos sabemos es regalar libros a amigos o familiares que creamos que puedan
disfrutarlos. Otra alternativa similar a esta es prestarlos, aunque por mi
experiencia muchos de mis préstamos se han acabado convirtiendo en regalos, ya
que he perdido un gran número de libros así, al olvidar a quién se los presté en
su momento. Por eso os recomiendo que cuando prestéis un libro, hagáis una
lista de a quién ha ido a parar, por si hay que reclamárselo algún día. En mi
caso una de mis mayores pérdidas ha sido unos 3 libros de la serie de Harry
Potter. No los encuentro por ningún lado, sé que los presté pero no sé a quién,
así que aprovecho la entrada para decir: ¡Eh, tú!, sí, la persona que tiene mis
libros, devuélvemelos por favor, que no me voy a enfadar…
Otra posibilidad es
llevarlos a una biblioteca pública pero ¡ojo! Informaos bien antes de donarlos
porque a mi recientemente me pasó algo que me dejó ojiplática. Hice limpieza en
casa y tenía muchos libros ya leídos que ocupaban mucho espacio, así que se me
ocurrió preguntar en la Biblioteca del pueblo donde resido. Total, que allí me
voy yo toda mona dispuesta a donar una buena cantidad de libros, y cuál es mi
sorpresa cuando pregunto a la bibliotecaria y me dice que sí que puedo
llevarlos pero que ellos harían una selección de los que sirvieran para la
Biblioteca y que el resto los venderían…- ¡¡¿¿Perdona??!! ¡Acabáramos! Para que
los vendas tú, los vendo yo, que ya los pagué en su momento, no te fastidia! - Puedo
entender que si se trata de libros muy viejos no sirvan para la biblioteca,
pero a parte de esa pequeña pega creo que cualquier libro debería, sí o sí,
tener cabida en cualquier biblioteca pública.
Por todo lo anterior os
aconsejo varias opciones similares. La primera de ellas es preguntar en bibliotecas
de pequeños municipios o pueblecitos. Sé a ciencia cierta que en muchas
ocasiones asociaciones culturales de pequeñas localidades dedican un espacio a
la lectura. Pero se trata de lugares creados por los propios vecinos y que no
disponen de fondos públicos por lo que la mayoría de libros que les donemos
serán muy bien recibidos.
Aula de escolares de un hospital |
Y vamos con la segunda
propuesta, que para mí es la mejor con diferencia. Hay muy poca gente que sepa
que en los hospitales existen bibliotecas. No me refiero a las bibliotecas de
revistas científicas para los médicos y profesionales sanitarios, sino a
bibliotecas para los pacientes. Obviamente la TV y los libros son de los pocos
recursos de los que dispone una persona enferma hospitalizada para entretenerse.
Así que creo que un lugar más que idóneo para nuestros libros sería este.
Además, las plantas de pediatría disponen de aulas de escolares en las que hay
libros infantiles y que seguro que aceptarían cualquier donación de este tipo.
Si queréis más información sólo tendréis que buscar el “Servicio de Atención e
Información al Paciente (SAIP)” de cada hospital para que os digan qué hacer.
Y ahora os hablo de algo
completamente diferente, una iniciativa que me encanta y que estoy segura de
que muchos de vosotros ya conoceréis pero que os traigo aquí por si alguien aún
la desconoce. Se trata del proyecto “Book Crossing” que viene a ser algo así
como” Cruzando Libros”. Encontraréis
toda la información detallada en la página web que os enlazo, la anterior es la general y os dejo la de España aquí.
Atentos porque la iniciativa
es mundial, así que puede participar cualquier persona de cualquier país,
aunque creo que aún quedan algunos por adherirse. Esta maravillosa idea surgió
de un grupo de personas amantes de la lectura que decidieron fomentarla de una
manera más que original. Pensaron que los libros ya leídos en las estanterías
no servían de nada y que era mucho mejor liberarlos. Pero claro, también se
dieron cuenta de que si tú dejabas un libro en un banco de un parque para que
otra persona lo leyera, el libro desaparecería rápidamente, pero el problema
era que además se le perdería la pista y no se sabría si lo había leído mucha
gente o sólo la persona que lo recogiera. Así que decidieron poner en marcha un
proyecto más elaborado.
La idea general es que si
dispones de un libro que quieres liberar has de registrarte en la web. Allí te
descargas unas etiquetas que has de pegar en la primera página del libro para
que sepa todo el mundo que forma parte del BookCrossing, has de meterlo en una
bolsa de la iniciativa y liberarlo, eso sí, en un sitio escondido para que sólo
lo puedan encontrar las personas a través de la página web. Una vez liberado
cuelgas el título del libro, su resumen y el lugar de la liberación en la web.
Cuando una persona se interese en el libro irá de caza y cuando lo encuentre
tendrá que ir corriendo a la página a decir en el hilo que el libro está
cazado, para así evitar que otras personas vayan a buscarlo. Cuando lo lea
tendrá la obligación de volver a liberarlo donde él quiera y poner en la web
los datos del lugar. Además, cuando alguien
lee el libro y lo libera puede poner en el hilo del libro su opinión sobre la
lectura. Y así sucesivamente. ¿Es genial o no? ¡A mi me
encanta! De esta forma puedes seguir el rastro de tu propio libro y en el caso
de querer leer alguno en concreto sólo tendrás que ir a buscarlo.
Libro liberado |
En la web encontraréis los
países que participan, tendréis que elegir el vuestro y luego vuestra provincia
y allí os saldrá el número de libros que hay en cada sitio. Es muy divertido
porque es como ir a la búsqueda del tesoro. La gente es muy original escondiendo
libros, hay quién se limita a dejarlos en cafeterías pero yo he visto casos de
gente que los ha escondido en árboles huecos, en cisternas de baños públicos y
hasta un muchacho que lo dejó al quiosquero de su barrio y le dijo al hombre
que hasta que no viniera una persona y le dijera una contraseña concreta no lo
diera.
¿Conocíais todas estas
posibilidades? ¿Cuál utilizáis más? Contadme, contadme.
Besos
PD: Siento el rollo, pero es
que me emociono contando cosas que me gustan…
Hola Luz! Primero decirte que me ha encantado este post! El tema del book crossing me fascina! Qué buena idea! Ahora te cuento mi experiencia. Como ya sabes yo soy muy celosa de mis libros, no soporto prestarlos porque luego es muy difícil que vuelvan a su sitio en mi biblioteca y da mucho corte pedirlo. No sé si podría unirme al book crossing porque sería una relación egoísta... Seguro que nunca día capaz de liberar un libro! Jejeje A mi me encanta tener mis libros en su sitio, todos los firmo en cuanto empiezo a leerlos y les pongo la fecha. De vez en cuando los releo y encuentro cosas distintas que me fascinan. Los firmo por sí presto alguno y no regresa que siempre este Hi mi huella! Son mi tesoro! Un besazo!
ResponderEliminarMuy bien María, ¡eres como Golum y su anillo! Jajajaja. Que va, me parece genial cualquier opción antes de tirarlos a la basura, que es lo que pretendo evitar con estos posts, así que bien por ti y tus libros!
EliminarPor cierto, me encanta que los firmes, es una buena técnica para atacar las conciencias de personas que no devuelven libros...lo pondré en práctica si presto alguno.
Besos!
A mi me pasa como a María, no me gusta prestar mis libros. Que me los presten a mi sí, pero porque sé que los trato bien, pero he visto cada cosa por ahí que me niego, lo siento mucho pero me cuesta mucho prestarlos. Y que la gente se hace la loca luego para devolvertelos. La iniciativa Book Crossing no la conocía y me parece una buena idea (además de divertida) para acercar la lectura a todo el mundo de una manera divertida. Un beso Luz!!
ResponderEliminarYo también soy cuidadosa con los libros ajenos la verdad y me preocupo de devolverlos en cuanto acabo de leerlos, pero es verdad que no todo el mundo es igual. Sobre Book Crossing, a mi me encanta y por ejemplo las personas a las que no les gusta prestar libros como tú o María podéis participar igual cazando libros de otras personas y luego liberándolos. No hace falta que liberéis vuestros propios libros si no queréis.
EliminarBesos!
Pues yo soy mucho de prestar y de que me presten,tambien alguno que otro lo dejo en la biblioteca publica o los pongo en venta o intercambio,pero siempre por cuestiones practicas de espacio por que me cuesta horrores desprenderme de ellos.El Brook Crossing lo conocia ,de hecho llevo tiempo registrada en la web ,pero me resulta algo complicado.
ResponderEliminarBesos
Yo tuve una época en la que prestaba y me prestaban mucho pero me cansé porque perdía muchos libros. Mi madre por ejemplo si que es de prestar entre su grupo de amigas pero ellas son súper responsables y siempre devuelven los libros cuando los leen religiosamente, pero menudo tráfico de libros se llevan. Y cuando era pequeña me acuerdo de ir con mi madre a mercadillos a intercambiar unas novelas por otras.
EliminarBesos!
Pues había oído lo del Book Crossing pero no sabía del todo bien cómo funcionaba, tu explicación me ha servido de mucho y voy a cotillear un poco, me parece una iniciativa fantástica. Al hilo de lo que cuentas de tus libros perdidos, yo le presté tres libros nuevos prácticamente recién comprados a un amigo, al tiempo me paso a ver si los ha leído y me encuentro con que su hermana, haciendo limpieza, los había vendido, imagínate mi cara, todavía me dura la indignación y ya miro muy mucho a quién le presto los libros. Bss.
ResponderEliminar¡Ostras! ¡qué fuerte! ¿Y no te los pagaron? Porque lo que yo hubiera hecho es volvértelos a comprar o muy a malas darte el dinero, pero que se los prestes y encima saquen provecho económico ¡es el colmo del morro! Me has dejado alucinada. ¡Hay gente para todo!
EliminarBesos!
Yo cuando los leo se los presto a mi tía octogenaria. Siempre se los selecciono. Ya sé los que le gustan. En los mercadillos parroquiales y de institutos he encontrado libros buenísimos y muy nuevos a ¡1 EUR! Como la falta de espacio me abruma, luego los vuelvo a donar.
ResponderEliminarCotillearé lo de la liberación de libros. Me parece similar al geocoaching (o algo así).
Un saludo a todos.
Los mercadillos y rastros para esto son geniales, es verdad. Venden libros usados baratísimos y algunos te dejan que lleves los tuyos y cambiarlos por otros. Y tienes razón con lo del geocatching o como se diga, es igual pero en el que tu dices se buscan tesorillos y la idea es fomentar el senderismo y las visitas turísticas por ciudades y pueblos.
EliminarBesos!
Yo no podría deshacerme de ellos.
ResponderEliminarSi te refieres a donarlos o liberarlos como en BookCrossing, yo depende del libro. Mis favoritos se quedan conmigo por siempre jamás jajaj, pero sí que tengo alguno que otro que me he leído y lo he disfrutado en su momento pero no me ha dejado huella. Esos, me daría igual "cederlos" si eso significa que alguien más puede disfrutar de ellos.
EliminarBesotes!
¡¡Hola Guapa!!
ResponderEliminarLos pocos que no quiero..jajaja..(guardo todo) los dono normalmente a la biblioteca de mi pueblo, que la mujer es un encanto, también si sé, que a mi circulo cercano, le puede interesar alguno, se le regalo.
Besos.
¡Muy bien hecho! Yo la verdad es que también me los suelo guardar todos. De momento cabemos en casa, los libros y yo,...mañana ya no sé lo que pasará jeje
Eliminar¡Besos guapa!
De momento guardo casi todos los libros, tan sólo unos pocos los he regalado a amigos. He prestado algunos que se han convertido en una donación al no regresar nunca más, pero ahora sí anoto a quién se los dejo para poder reclamarlo.
ResponderEliminarBesos
Haces bien en anotarlos que yo así también he "donado" demasiados y me da mucha rabia porque suelo prestar libros que me gustan y que me han hecho disfrutar porque me hace ilusión que otras personas los disfruten, ¡pero eso no significa que me quiera quedar sin ellos!
Eliminar¡Besos!
Yo los presto y van rotando, me gusta además hacerlo así, siempre me faltan títulos y hay quien viene a buscar alguno como si fuera una biblioteca.
ResponderEliminarCompartir es amar, además luego hablas de lo leído. Doble placer
Besos
¡Qué bonito! Y además cierto. A mi también me gusta prestar a gente que sé que me los va a devolver, eso sí. La persona con la que más comparto opiniones es mi madre, que es una lectora empedernida también y nos lo pasamos en grande, sobre todo cuando hablamos de novela negra y nos hacemos preguntas del tipo "¿y tú no te diste cuenta enseguida de quien era el asesino cuando la protagonista dijo tal o cual? "
Eliminar¡Besos!
Si lo conocía, Bookmooch tiene un apartado también para liberar libros. Yo recurro al intercambio o regalo algunos, ahora quiero participar en una iniciativa de mi ciudad de una libreria que funciona a base de donaciones. Un beso!!
ResponderEliminarMuy bien Meg! Que iniciativa tan buena la de tu ciudad. Ya nos contarás la experiencia. Investigaré porque seguro que hay muchas ciudades que tienen iniciativas parecidas y no lo sabemos.
Eliminar¡Besos!
¡Buenas tardes! Me parecen muy acertadas las sugerencias que ofreces para evitar tirar cualquier libro. Y es cierto que en pueblos pequeños, como por ejemplo el de mi madre, las Asociaciones Culturales crean bibliotecas gracias a las donaciones de la gente.
ResponderEliminarPor mi parte, voy a sugerir otra alternativa: En los programas lectivos de enseñanza primaria y/o secundaria y de Escuelas Oficiales de Idiomas aparecen títulos de obligada lectura para el alumnado. Si tenemos algunos de ellos y no nos viene bien mantenerlos en casa por el motivo que sea, podemos ponerlos en venta anunciándolo en el tablón informativo del centro en cuestión.
Cuando yo cursaba 3º de B.U.P. y C.O.U. (¡¡qué antiguo suena esto!!) compré a una chica que puso un anuncio la mayoría de los libros que debía leer para mis clases de Literatura. Además de ahorrarles mucho dinero a mis padres, había algunas anotaciones en lápiz en cada libro que me resultaron muy útiles a la hora de estudiar.
Como anécdota y conclusión final, contaré que, unos cuantos años después, la mencionada chica y yo coincidimos trabajando durante unos meses en la misma empresa y nos reconocimos. Ella hacía mucho tiempo que se había gastado el dinero que le pagué. Yo aún conservo (y ahora giro el cuello y los observo) aquellos libros que leí y estudié.
Que bonito Patri. El destino, o en este caso los libros, os unieron jaja. Me encanta! Por cierto, genial la idea que aportas para no tirar libros. Toda aportación es buena. Yo como sabes estoy en la Escuela de Idiomas y no lo sabía! Cachis! Si es que soy súper despistada.
Eliminar¡Besos!